Hace unos días, celebraban mis niños Halloween en el cole. Manuel tenía que ir con algo característico de la fecha y el eligió unos dientes de Drácula. El día de la fiesta, antes de irnos al cole, le pinté la cara de blanco para que pareciera un auténtico vampiro y en cuanto se vio, me dijo que se la lavara que le daba miedo! Si, si, le daba miedo de si mismo, jeje.
Así que nada, le lavé la cara y allá que se fue para el cole con sus dientes que encima le daban arcadas. Miedo me daba como podía acabar el día!
El caso es que ayer, al recogerlo, me da una nota sobre la fiesta de Navidad que indicaba además del lugar, el día y la hora, de que tenía que ir disfrazado para la función. Y de qué le ha tocado?? del rey Baltasar!! no me lo puedo creer! a ver quién le pinta a este chiquillo ahora la cara de negro! Si de blanco le gustó poco, fijo que de negro le gusta menos!
Cuando leo la nota, le digo, Manuel sabes que pone aquí? que en la fiesta de Navidad tienes que venir disfrazado! (gran cara de ilusión) Del rey Baltasar! (empieza a dar saltitos mostrando mayor ilusión aún) Pero sabes que te tendrás pintar la cara de negro, no??
-No, mami, entonces mejor hago otro personaje.
Eso ya me lo temía yo... ay, mi niño "cagón". ¿Cómo puede ser tan miedoso?
En fin, tengo casi un mes para ir mentalizándolo, pero no se yo si llegado el día conseguiré que parezca el auténtico rey Baltasar.