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| Daniela. 9 años |
Hace unos días la miraba fijamente, metida en mis pensamientos, y ella me preguntaba: qué me miras mamá? qué me parece increíble que vayas a cumplir 9 años. Ella sonrió con su carita dulce.
Y mientras lo decía, los ojos se me llenaban de lágrimas de la emoción (ya sabéis que siempre he sido de lágrima fácil). Emoción por lo mucho que la quiero, emoción por lo orgullosa que me siento de ella, emoción por lo afortunada que me siento mil veces al día mientras la observo.
Siempre me ilusiono cuando llegan sus cumpleaños, pero con el de Daniela, lo hago especialmente, al fin y al cabo, fue su llegada la que materializó nuestro deseo de convertirnos en una familia.
Tiene el papel de hermana mayor perfectamente establecido, lo hace de maravilla y además lo disfruta, pero sin dejar de ser la niña que le toca ser.
Es lista e inteligente ( que según decía mi padre, no es lo mismo ), es curiosa ( además de cotilla ), es tímida con quien no tiene confianza y extrovertida con quien la tiene, cariñosa, dulce y educada y habla hasta por los codos. Nos recuerda hasta la saciedad cuanto nos quiere a todos, un amor de niña, que voy a decir yo.
Le gusta leer, escribir cuentos y canciones, dibujar y le chiflan "las nuevas tecnologías" ( tiene a quien salir, claro ).
Es, de los cuatro, la que mejor me puedo imaginar cuando sea adulta. Y me encanta lo que preveo.
Dicen que nos parecemos mucho. Físicamente a mi me cuesta verlo, pero si lo hago en detalles de su carácter. Espero que siempre se quede con lo mejor que tengo para ofrecerle y pase por alto lo menos bueno.
Te quiero, mi reina mora.
