domingo, 30 de diciembre de 2012

Parto de María


Todo en este último embarazo ha sido muy distinto que en los anteriores y su nacimiento también lo hemos vivido de una manera diferente. En esta ocasión el parto ha sido programado. Llevaba semanas con contracciones, pero el parto no terminaba de arrancar a pesar de tener ya varios cm de dilatación, me causaba mucho estrés no tener controlado que iba a pasar con mis niños, quién se ocuparía de ellos llegado el momento de salir corriendo al hospital, la logística se complicaba... y aprovechando que el tito Miguel y la tita Paloma podían venir unos días, decidimos ir al hospital tal y como habíamos hablado unos días antes con el ginecólogo.
Es una sensación rara, irte al hospital sin estar de parto, era algo desconocido para mi y aunque me causaba mucha inquietud un parto provocado, la tranquilidad de dejar a los niños en casa con los titos me daba la paz que hacía semanas necesitaba para poder disfrutar de la llegada de mi último bebé.
El 30 de Diciembre, estando de 38+2 semanas, llegamos al hospital sobre las ocho de la mañana, pero nos fuimos a desayunar tranquilamente para coger fuerza para un día que sin duda estaría lleno de emociones. Hasta cerca de las nueve no ingresábamos. Oscar se fue a hacer el papeleo y yo me fui con la matrona a una sala de dilatación. Estaba muuuuuy nerviosa y emocionada. Me explicó con mucha amabilidad como iba a ser la inducción con todo tipo de detalles, que íbamos a poner la oxitocina muy poquito a poco e iríamos aumentándola en función de como respondiera mi cuerpo hasta que me pusiera de parto.
Así que me cogió la vía, me sacó sangre para la donación del cordón umbilical y me puso los goteros y el antibiótico para el estreptococo. Poco a poco iba pasando la oxitocina, pero no aparecían las contracciones, así que me fue subiendo la dosis cada poco tiempo. Sobre las 10 y media empezaron las primeras contracciones y a las 11 ya había buen ritmo de contracciones y me ofrecieron la epidural después de decirme que estaba de 3 cm. Dije que de momento no, quería poder moverme, levantarme de la cama o ir al baño si lo necesitaba. Esta vez, además de estar acompañada por Oscar, lo estaba por toda la gente que quiero a través del móvil, retransmitiendo en directo cada acontecimiento... una forma de tener cerca a la gente que quieres en unos momentos tan especiales. Estuve andando por la habitación, yendo al baño cuando lo necesitaba y aprovechaba para beber agua, hasta que la matrona me dijo que la niña estaba mirando hacía arriba y que mejor me tumbara intentando ponerme casi boca  abajo para que se metiera bien en el canal del parto. Esto me asustó un poco, sabía que si el bebé no presenta bien la cabeza, el parto se puede complicar. Las contracciones se seguían sucediendo y el dolor era cada vez mayor, pero como era razonablemente soportable y la dilatación no avanzaba, rechazaba la oferta de la epidural a pesar de la insistencia de la matrona y de Oscar ( que no hacía nada más que repetir que qué necesidad tenía, que me la pusiera ya...vamos que parecía que las contracciones le dolían a el, jeje. Después me confesaría que esperaba el momento epidural para ir a fumarse un cigarro :0 ). Me rompieron la bolsa sobre las 12 para ver si avanzaba la dilatación y entonces empezaron las contracciones cada minuto y muy fuertes... ahora si, era el momento: "Oscar, llama a la matrona para que me pida la epidural, que esto no hay quien lo aguante ya". A la una y cuarto vino la anestesista y pasé un rato muy chungo con las contracciones tan seguidas, tan dolorosas y sin poder moverme en una posición muy incómoda, aunque lo hizo con mucho tacto y esperando pacientemente a actuar entre contracciones... A la una y media había terminado, vino el ginecólogo,  me reconoció y me dijo que estaba de 4 y que volvía en diez minutos. A las dos menos veinte me dijo que estaba de 7 ( ¿De 7? No me lo puedo creer! si solo han pasado 10 minutos! ). Diez minutos más, dos menos diez, me vuelve a mirar y dice: A quirófano, estás completa!
No dábamos crédito... Me pasaron a quirófano, me subieron al potro... cada uno a sus puestos, el ginecólogo delante mía, la matrona a mi lado dando ánimos y Oscar detrás mía una vez más, como en todos los partos, siendo mi mejor apoyo. La matrona preguntó al ginecólogo que si empujaba y este vino a decir, que si quería pujar, que lo hiciera, pero que estaba saliendo sola. Y así fue, dos empujones y ya estaba la cabeza fuera. Un pujo más y mi chiquitita venía al mundo a las 14:05 de un maravilloso día de invierno, en plena navidad.
Me la pusieron encima, cubierta por una sábana, la sentí húmeda, caliente, blandita, moradita y cubierta de grasa blanca y con ese olor a vida indescriptible que solo se aprecia cuando ves a tu bebé por primera vez. Intentaba abrir los ojos buscándome, pero la luz no se lo permitía. La cubrí con la sábana por encima y por fin conseguimos cruzar nuestras miradas y entonces volvió a suceder, amor a primera vista, me volví a enamorar.
Lloraba de emoción y nervios mientras intentaba verla bien, quería aprendérmela de memoria, comprobar a quien se parecía... se volvía a parecer a sus hermanos, es increíble lo que se parecen mis bebés. La nariz como Manuel y la boca como Daniela y Miguel, pero todos con la misma pinta, cabezas pequeñitas cubiertas de pelo  negro, ojos oscuros, piel morena.
Se la llevaron para el reconocimiento mientras alumbraba la placenta y el ginecólogo extraía la sangre del cordón para la donación. Me dijo que no había habido ni un pequeño desgarro, cero puntos... que subidón, necesitaba una rápida recuperación, que tenía ya cuatro hijos a los que cuidar!
Nos fuimos a la habitación, estaba deseando ponerla al pecho y llamar a todo el mundo para decirles que mi pequeña María, mi niña sorpresa ya estaba con nosotros. El agarre costó un poco, yo debía permanecer tumbada, estaba incómoda y ella estaba un poco adormilada, pero pronto la tenía prendida de mi pecho cada vez que se despertaba un poco y daba señales de hambre.
Al día siguiente, tras pedir el alta voluntaria,  nos fuimos a casa para poder darle la bienvenida al año nuevo junto al resto de nuestros hijos que nos esperaban junto a sus tíos.
Año nuevo, etapa de la familia Mata-Rodríguez nueva :)

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Ya va quedando poco

35+5
En nuestra casa casi huele a recién nacido de nuevo. Aunque aún quedan unas semanas para darle la bienvenida a la pequeña María, llegamos a la recta final y se va notando por todos los rincones de la casa. Su ropa preparada en su armario, su cuna, la bolsa del hospital, los pañales, sus hermanos preguntando continuamente que cuanto queda para que nazca...
Hace siete meses mirábamos atónitos el test de embarazo y ahora lo que miramos sin dar crédito es el enorme tamaño de mi barriga. Qué rápido ha pasado! aún me cuesta creer que vayamos a ser uno más en la familia, pero qué ganas de conocerla, de ponerle cara, de olerla, de ver la reacción de sus hermanos.
"Mini Meri", aquí te estamos esperando!