jueves, 17 de septiembre de 2015

Mala, malísima


Alguna vez he hablado de lo indomable que es Miguel y de lo que le cuesta aceptar los "noes". Cuando algo no es como el quiere se enfada y se enfada mucho.

Siempre me dice: mamá, eres mala; mamá, eres malísima; mamá eres muy muy mala... pero el otro día me sorprendió diciendo:  mamá, eres más mala que un ladrón. Normalmente, aunque le doy la importancia justa, no me hace ni pizca de gracia escuchárselo, pero esta vez reconozco que me dio hasta la risa. Qué por cierto, me estoy acordando ahora de que el otro día le decía a Manuel que los ladrones roban de noche porque les gusta dormir de día, conclusiones a las que llegan los niños vete tu a saber como.

Al día siguiente, cuando ya no había rastro de enfado, le pregunté si recordaba lo que me había dicho y me dijo que sí. Le dije que no me gusta que me diga esas cosas, que me ponen triste y me dice: mamá, no te pongas triste, que yo cuando me enfado digo muchas "bromitas".

A los pocos días pasé de más mala que un ladrón a ser maligna ¿Qué será lo próximo?
Se lo recordaré cuando sea mayor.