¿Un poco de ayuda? lo que menos nos podíamos imaginar es que iba a aparecer con toda la cara llena de sangre, que junto con los mocos y las babas de la llorera que llevaba nos pegó un susto de caerse de espaldas. Imposible ver de donde venía la sangre porque no dejaba de sangrar, además estaba en un estado de nervios del que solo salía para acusar a su hermana de que le había tirado un palo.
Daniela diciendo que había sido sin querer y Miguel mirando muy pausado ( como es el ) como no entendiendo a que se debía tanto revuelo. Mandamos a Daniela y a Miguel a poner la tele y a María a la trona y fuimos al baño a intentar parar la hemorragia.
Por fin conseguimos ver que la sangre "solo" venía de la frente, se había hecho una buena brecha, no muy grande, pero si lo suficientemente abierta para no quedarnos duda de que había que ir al hospital. Oscar le puso un vendaje a lo karate kid, nos arreglamos rápido y para el hospital, que lo teníamos a media hora en coche. Manuel se quedó dormido en el minuto 0,1 que lo necesitaba después del berrinche y yo iba con un pellizco en el cuerpo pensando en lo que aún nos quedaba. Manuel es muy aprensivo y porque no decirlo, muy exagerado con todo lo que tiene que ver con el dolor, así que me imaginaba el numerito que iba a montar.
Entramos el y yo solos mientras el resto de la familia esperaba en el coche y nos atendieron muy rápido. En la sala de espera se sentó encima mía y no paraba de abrazarme y de preguntarme si le iban a poner puntos. Yo le decía que no lo sabía pero que creía que si y me preguntaba si le iba a dolor. Igualmente le dije que no lo sabía pero que seguramente si le dolería un poco. Me decía enfadado: "Mamá, dime que no me va a doler!". Le expliqué que no, que el sabía que no le mentía nunca y que no le podía decir que no le iba a doler porque si después le dolía se iba a enfadar conmigo por haberle engañado.
Tras una primera valoración, nos dijo la pediatra que necesitaría puntos y que iban a avisar a la cirujana. Le pusieron una crema anestésica y esperamos unos veinte minutos. Vino la cirujana y con mucho tacto y mucho cariño le dio tres puntos. No se pudo portar mejor, completamente quieto y relativamente tranquilo. Dijo que no le dolía mucho, así que perfecto. Cuando todo terminó me mandó la cirujana a sentarme, porque tal y como me pasó con la Brecha 1.0, vio que me mareaba y le dijo: Has visto Manuel? Al final has sido tu más valiente que mamá. Se reía y estaba feliz y yo,pues eso, aguanté hasta que me necesitó, pero al final me dio el bajón.
Mientras esperábamos el alta, no se le borraba la sonrisa de la cara, estaba tan contento diciéndole a otros niños que estaban allí esperando ( en el rato que estuvimos hubo cinco brechas, no se que pasaría esa tarde ) que no dolía nada de nada... como un auténtico valiente.
A la mañana siguiente, fuimo a hacer una reconstrucción de los hechos y apareció el famoso palo... ¿palo? ¿habíamos dicho palo? pues no, es un tronco en toda regla. Aún no sabemos en que estaba pensando Daniela cuando se le ocurrió lanzar semejante "palo". Según nos contaron, fue un poco casualidad, un poco mala suerte... pero bueno, al final los accidentes son eso, una mezcla de casualidad y mala suerte.
Primera Brecha de Manuel |