|
Manuel, 7 años. |
Pasan los años, siete desde que apareciste con prisas en una tarde lluviosa de primavera.
Pasan los años, te haces mayor, pero tus besos y tus abrazos siguen siendo los mismos, igual de apretados e igual de numerosos.
Pasan los años, te haces mayor, pero sigues teniendo la misma energía, esa que te hace estar en continúo movimiento, esa que te hace tan especial.
Pasan los años, te haces mayor, pero tus ojos tienen la misma luz, la misma profundidad, la misma capacidad para soltar lágrimas increíblemente grandes.
Pasan los años, te haces mayor, pero sigues necesitando la misma atención, esa que reclamas a toda costa.
Pasan los años, te haces mayor, pero sigues teniendo los mismos miedos, esos que te hacen tan divertido.
Pasan los años, te haces mayor, pero no pierdes ni tu inocencia ni tu nobleza.
Pasan los años, te haces mayor, pero sigues enamorándome como el primer día, sigo sintiendo esa sensación de no poder dejar de mirarte.
Pasan los años, te haces mayor y cada vez me siento más orgullosa de ti.
Te adoro.