miércoles, 19 de noviembre de 2014

Conflicto con camiseta


Siempre me ha inquietado perder el control de lo que ocurre con los niños cuando yo no estoy delante y de como les toca lidiar con circunstancias que yo, como madre, preferiría ahorrárselas. Ya, ya se que eso es imposible y además sería insano, pero es que me sale la vena de leona protectora y a veces... me comería a alguien, y que a gusto me quedaría.

Bueno, que me enrollo, el caso es que vino ayer Manuel diciéndome que no se quería poner más una camiseta en concreto porque había un niño que se metía con el cuando se la ponía. Me lo cuenta con pena. En ese momento me enciendo, no se explicar lo que me entra por el cuerpo cuando pienso que alguien se lo hace pasar mal a uno de mis niños.

Se me pasa por la cabeza decirle que ese niño es un idiota y que lo puede mandar bien lejos, pero respiro hondo, me contengo y le explico:

-Gordi, ¿tu sabes el collar ese de la calavera que me pongo a veces? Pues tengo un compañero de trabajo que siempre se mete conmigo porque no le gusta, que me dice que es muy grande y muy feo. Pero yo no dejo de ponérmelo, porque a mi me gusta mucho y la opinión de esa persona no me importa nada. Y yo siempre le digo, si no te gusta, ¡mira para otro sitio!
¿Entiendes cariño lo que te quiero decir?

- Si mamá, pero yo no me pongo más la camiseta - me dice con cara de: "mamá tu ponte el collar todas las veces que tu quieras, pero yo la camiseta no me la pongo más" :)

- Ea, pues ya está, la guardamos para Miguel o para los fines de semana.

Le importará mucho al niño de marras la camiseta que lleve mi hijo... agggggg.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Sí, quiero


6-11-2004
Sí quiero! claro que quiero! lo dije hace hoy 10 años y lo vuelvo a repetir, ahora mucho más convencida. Entonces imaginaba que eras la persona adecuada para mi y ahora se que no podría haber elegido mejor.

Eres mi amor, el mejor compañero, el mejor amigo, el mejor amante, el mejor padre... mi complemento perfecto y mi persona favorita. Y además juntos hemos creado algo verdaderamente grande, en cantidad y sobre todo en calidad: una bonita familia, que es la prioridad de ambos sin lugar a dudas.

Recuerdo la emoción de aquel día, sentimientos a flor de piel en todos los que nos quieren, lágrimas contenidas por la emoción, la pena y los nervios vividos los días previos. Inmensa alegría por poder disfrutar de papá aquel día.

Nos recuerdo felices, tranquilos, enamorados, y nos recuerdo bailando avergonzados nuestra canción mientras todos nos observaban:

No preciso viajar lejos 
para hallar lo que deseo, 
si tropiezo en tu regazo 
ya me basta para tocar el cielo. 

El candor de tu abrazo 
puro, fiel, eterno alagador 
es mi fe y mi religión, garantía del amor. 

Estas palabras, que me enamoraron tanto cuando me las dedicaste la primera vez y que ahora hago mías, resumen perfectamente lo que eres para mi.

Te quiero amor, hace diez años, ahora y siempre.